Con los años de andar... han habido pasos, huellas que parecen heridas, y que no quieren terminar de cicatrizar... Cosas hermosas pasan, pero también dificiles y complicadas que te marcan y muchas veces te impiden volver a ver la luz, volver a dar pasos... hacia adelante.
Son como fantasmas que aparecen cuando algo similar pasa y te llevan de regreso en los años, te reviven el miedo.
Pero la misma vida es grandiosa; a su tiempo, sella heridas, abre ilusiones y crea oportunidades.
El futuro está esperando, justo frente a tus ojos y, trae esperanza y vida, tal vez de nuevo alguna tristeza o dificultad, pero ¿qué sería la vida sin ellas?
La capacidad de no estancarse, de seguir a pesar de lo vivido y querer simplemente vivir, es lo más bello que podés tener como ser humano. A pesar de los defectos y temores, si se deja atrás el miedo y se desea volver a pasar por el fuego de la felicidad, regresa la sonrisa a iluminarlo todo.
Estando justo en medio del puente entre el pasado y el futuro, quiero pensar que lo que puede estar por venir me va a hacer mejor, más segura y más mujer. Si pienso así, no puedo evitar sentir un deseo inmenso de terminar de cruzar ese puente.... Ya llevo mucho tiempo disfrutando de la brisa y la vista desde acá, en medio de una tranquilidad insensible, incolora e inolora....
Es momento de ver florecer la primavera en medio del futuro; volver a sentir el fuego de la felicidad.